Monográficos de www.granadacultural.info: El caso Alkaeta


Sí, pero nos perjudica

Analizo aquí una crítica que me encontré a menudo el sábado 6, tanto en redes como en conversaciones directas con amigos.

Resumo lo que creo que era el problema que me llegaba por varios sitios.

Se acusaba a los titiriteros de 'imprudentes' y 'haberla cagado'. Aunque se admitía que para nada era delito de apología del terrorismo habían obrado mal porque le habían puesto en bandeja a la derecha cavernícola criticar al ayuntamiento progresista de Madrid. Además eso perjudicaría a muchas compañías que podían tener problemas para ser contratadas. Es decir, la compañía había obrado de forma muy imprudente.

No estoy de acuerdo con el razonamiento y voy a defender un punto de vista contrario.

Me resuena como una crítica de 'No soy racista pero ...' que precede a una afirmación racista. En el fondo el razonamiento es el siguiente:
Estoy a favor de la libertad de expresión
pero sí dices eso, nos van a castigar
Así que estoy a favor de que lo digas, pero te prohibo que lo digas.

Si estamos a favor de la libertad de expresión más vales que abordemos los problemas que genera, en vez de evitarlo negando lo que queremos.

Hay un ejemplo en la historia de nuestro país que siempre me resultó muy ilustrativo. En 1931 las cortes españolas votaron el sufragio femenino. La izquierda en tanto que partidaria de la igualdad era proclive a él, pero una parte importante se posicionó el contra. El argumento era que 'estaban a favor, pero la mujer española estaba aprisionada mentalmente por la Iglesia y la derecha'. Se consiguió que el voto femenino (defendido en las Cortes por Clara Campoamor) saliera adelante. Ciertamente se piensa que eso fue una de las principales causas para que ganara la derecha en las elecciones de 1933, pero defender lo contrario además de una traición a los principios hubiera sido algo ridículo. Hacer lo contrario de lo que defiendo, porque si hago lo que defiendo no consigo lo que defiendo.

El segundo ejemplo está aún en el ambiente. Durante la transición se repitió una y otra vez a la izquierda que debíamos tener cuidado y no defender por ejemplo la República sino apoyar la Monarquía porque era la única forma de avanzar. Lo otro era forzar a que salieran los tanques a la calle.

Creo que no hay que tener miedo dedefender la libertad de expresión. Si pensamos que estos artistas tenían derecho a decir lo que dijeron nuestra postura debe ser defenderlos y no censurarlos porque los enemigos de la libertad de expresión nos van a atacar. Defender algo no es ocultarlo.

Entiendo que hay situaciones límites y que en circunstancias extremas hay que renunciar a algunos valores. De alguna forma el apoyo a la monarquía en la transición lo entiendo así. No quedaba más remedio que ceder porque se podía conseguir mucho aunque no todo. Habría que discutir si en su momento fue bueno o no. Habría que discutir hasta donde se puede o no llegar. Vale, pero ceder en esos casos no puede ser sino un paso para avanzar. Nunca renunciar al futuro. Y ya no estamos en situación de seguir parados. No puede ser que llevemos años presumiendo de ser una democracia y aún tenemos miedo de defender valores básicos e imprescindibles de la democracia.


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