Este término fue creado por Valle-Inclán como subtítulo de varias de sus obras de teatro. En Luces de Bohemia aparece un párrafo en el que cita la palabra y hace una comparación con unos espejos que existían en una calle de Madrid, el callejón del gato, que daban imágenes deformadas (escena duodécima).
Para Valle-Inclán el esperpento era la forma de mostrar su desacuerdo con la realidad española a la que consideraba una aberración histórica. Sumner M. Greenfield en el prólogo a Martes de carnaval en la edición del Círculo de lectores dice que Valle-Inclán no expresa dolor por la situación de su país, sino que la desprecia.
Las obras que recibieron de forma específica el título de esperpentos fueron: Luces de Bohemia y Martes de Carnaval, que es el título de un volumen que contiene tres obras de teatro: Los cuernos de Don Friolera, Las galas del difunto y La hija del capitán. Hay otras que presentan cierta similitud, como Divinas Palabras,