Ciencia, Estética de la

Abro un apartado en mi diccionario para una idea poco habitual pero que creo obvia e interesante. Me refiero al gozo estético que pude suministrarnos la ciencia. Salvo algunos estudios sobre la belleza de las matemáticas no he encontrado mucha literatura sobre ello. Lamentable error, posiblemente auspiciado por la falta de capacidad intelectual.

La demostración de un teorema matemático, la exposición de una teoría física sobre partículas atómicas y otras muchas manifestaciones científicas transmiten una sensación que yo califico de estética y que se me antoja superior a muchos poemas, relatos y novelas.

¿Por qué no es habitual esta postura? Supongo que porque ese gozo estético requiere un esfuerzo mental que pocos están dispuesto a dar. A su vez, esos pocos no saben dar el esfuerzo requerido para explicarlo a los otros. Queda pues reservado para algunas mentes extrañas. Las califico de extrañas por su escaso número y por su falta de homogeneidad: Hay brillantes científicos comprometidos con las ideas, con la ética y la humanidad; hay otros apartados de toda relación con sus congéneres, incluso hay quienes podemos denominar mentes patólogicas. Pero para mí esa extrañeza es síntoma de riqueza intelectual y no de marginalidad.

Hago un paréntesis para hablar de esas mentes patológicas. El hecho de que algunos matemáticos (¿demasiados?) hayan acabado en los últimos años de su vida con síntomas de locuras parece abonar las ideas de falta de equilibrio intelectual de los científicos. Para muchos los científicos de primera línea serían incapaces de leer un poema, o identificarse con causas políticas avanzadas. Me gustaría investigar si es así, si hay más patologías entre los científicos avanzados y si es así su causa. A mi se me ocurre otra idea: El poder potencia esa idea y aumenta su porcentaje lo mismo que el de gitanos delincuentes, por que así se transmite un prejuicio útil. Pero ahí más. Muchos cultos reconocidos son más cuerdos porque son más falsos, es decir, no son cultos sino hipócritas que pasan por tales, son vulgares. Es mucho más fácil ser un novelista vulgar (el dinero, la fama, los amigos y la vulgaridad del público sirven de cómplice) que un matemático vulgar. Digo más fácil que no imposible, porque desgraciadamente la ciencia también cae en el mismo circuito.

Volvemos a la idea principal. La estética de la ciencia requiere un esfuerzo mental y ético dificil de encontrar. ¿Por qué se tacha al científico de insensible ante ciertas poesías y no se hace lo mismo con el poeta que no entiende la geometría no euclideana?

En realidad a mi me ha costado darme cuenta de que era así y cuando lo he hecho creo que ha sido por un avance de sinceridad para conmigo mismo. Descubrí que algunos libros de divulgación científica me emocionaban (sí, emocionaban) más que muchas novelas célebres. Si Vargas Llosa mantiene su orgías con la literatura a mi me gustaría aumentar la lista de invitados a la matemática, la física, la biología y muchos más. Para que se entienda, es como si Vargas Llosa propusiera el sexo sólo de hombres bajos con las mujeres de tetas grandes. En realidad es sólo una de los miles de posibilidades que te encuentras en la orgía.

Bueno, el párrafo anterior justificará que más adelante cree otra entrada en este diccionario con el nombre de 'La orgía perpetua de la ciencia'.

Y ahora una cita juguetona:
«Estaba a punto de terminar un ensayo titulado Ciencia y belleza, donde sostenía que el conocimiento científico nos ayuda a entender mejor la belleza de las cosas, pero renunció a seguir y se puso a meditar sobre las manzanas, sobre sus formas, sus colores, sus sabores y su genealogía»
(Vicente Muñoz Puelles. Manzanas)


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