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Apeire [CGC830]

En el mundo no existía nada ni nadie. El mundo no existía.

Entonces, una diosa decidió crearse a si misma. Y por nombre se puso Apeire.

Apeire vivió sola mucho tiempo. Lo que para nosotros puede ser mil millones de años. Vivió sola, pero sin soledad porque todo el tiempo lo pasó pensando.

Un día Apeire decidió crear más cosas.

Su primera creación fue otra diosa. Se vieron, se gustaron y vivieron sin nada más mucho tiempo.

Entonces las dos diosas pensaron crear más cosas.

Lo hicieron fecundándose con la danza. Ambas comenzaron a danzar para crear el mundo.

Mientras danzaban sus cuerpos crecían, se iban haciendo circulares. Mucho después Apeire fue conocida por los humanos como Gea, la Tierra. Su diosa compañera se conoció como Selene, la Luna.

Al danzar Gea y Selene se enamoraron. Es por eso que desde entonces, hace muchos millones de año, Selene muestra su misma cara a la Tierra. Su amor hace que no deje de mirar a Gea.

Selene lleva millones de años enamorada de Gea y mirándola sin parar. Su mirada pestañea con una duración de 28 días.

La danza de las diosas era cada vez más rápida. Del círculo que creaban empezaron a nacer criaturas. Rocas, árboles, serpientes fueron los primeros. En uno de los giros se creó el Sol para alumbrar al resto de criaturas. Apeire no necesita la luz pero las nuevas creaciones sí.

Un giro comenzó a escupir barro y más barro. Era un barro húmedo pero el Sol lo secó con sus rayos y entonces del barro crecieron los humanos.

Apeire, todo generosa dejó vivir a los humanos sobre ella.

Durante muchos años, miles de años, los humanos vivivieron agradecidos a Apeire.

Crearon en su honor muchas figuras de la Diosa. Eran mujeres como Apeire pero dotadas de una circularidad que pretendía reflejar la danza de la creación. Aún no existía la escritura y solo nos queda como prueba de aquella época, que ahora llamamos Paleolítico, esas figuras.

Puedes ver los recuerdos de esas diosas en pinturas en la rocas en las que los círculos de la danza son protagonista, o en alguna figura como las diosas minoicas de las serpientes que en sus giros sueltan a esas criaturas.

Los humanos conservamos otro recuerdo de ellas, el de la danza. Fue la danza de Apeire con Selene la que creó todo, la que creó el mundo y todos los seres vivos.

Poco a poco los humanos fueron olvidando que habían sido creados por Apeire. Los hombres quisieron mandar sobre las mujeres y para ello inventaron otras historias de la creación. Sustituyeron la danza de Apeire y Selene por el coito de Gea y Urano.

Pero todas las historias que inventaron los hombres sobre la creación tienen un error. Nunca, ninguno de sus dioses y diosas, de los que dicen que crearon el mundo, se creó a sí mismo. Solo lo hizo Apeire.

Cuando los humanos avancen en el pensamiento crítico, cuando hagan como Apeire y dediquen su tiempo a pensar entonces desaparecerán esos mitos de dioses hombres y nos reconocemos como hijos de la danza de las diosas.


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